Ha comenzado su presidencia de la Sociedad Nuclear Española confirmando los buenos datos del parque nuclear, por décimo año consecutivo. ¿Cómo ha afectado la pandemia al funcionamiento de las centrales nucleares españolas?
La COVID-19 ha supuesto un reto muy importante para mantener los equipos humanos al frente de las instalaciones, garantizando la seguridad y la salud de las personas, y la propia operación delas plantas.
Gracias a la cultura de seguridad, firmemente implantada desde hace muchos años en nuestro sector, esta situación nueva e imprevista se ha podido afrontar con éxito. Todas las centrales españolas han mantenido su actividad y han adaptado sus calendarios de recarga, demostrando resiliencia y agilidad en la adopción de medidas de prevención ejemplares; incluso adelantándose y excediendo las recomendaciones del Gobierno. Todo para proteger nuestro mayor valor, las personas, y seguir prestando servicio a la sociedad.?
Y todo este esfuerzo se ha traducido en unos datos que impresionan porque, como bien has dicho, a pesar de la pandemia y del parón socioeconómico del país, los siete reactores nucleares españoles permanecieron operativos el 90% de las horas que tiene el año; generaron más del 22% de la electricidad consumida; y han sido, por tanto, la fuente que más horas funcionó y más electricidad generó con tan sólo el 6,5% de la potencia instalada, siendo líder en producción eléctrica en España por décimo año consecutivo.
La fabricación “verde” de Hidrógeno (sin generación de CO2) es uno de los grandes retos planteados por los gobiernos actuales. ¿Qué papel debe jugar la industria nuclear en la generación de hidrógeno verde como medida contra el cambio climático?
En los últimos años se está investigando muchísimo sobre el uso del hidrógeno y de su generación “verde” y sin duda supondrá una inyección de futuro para la industria nuclear, como así lo demuestran los planes de futuro de las centrales nucleares de nueva generación que se están construyendo en Reino Unido o los proyectos con reactores modulares NPM que se están diseñando en Estados Unidos. Pero el valor de la energía nuclear como herramienta clave contra el cambio climático ya, hoy, es real y manifiesto. De hecho, desde la Sociedad Nuclear Española defendemos que es una tecnología imprescindible en la batalla contra el cambio climático. Porque la nuclear, a día de hoy, es la energía que más CO2 evita a la atmósfera de todas las opciones de generación eléctrica y porque es, además, recurso de futuro, fuente de riqueza económica, bienestar social y desarrollo tecnológico como lo demuestran los excelentes datos de generación obtenidos en 2020 y todos los grandes proyectos de tecnología nuclear e innovación que se están desarrollando en todo el mundo.
Teniendo en cuenta los objetivos de descarbonizar la red eléctrica a 2050, ¿cree que se conseguirá que la UE declare la energía nuclear como energía sostenible para alcanzar esa meta?
Desde la Sociedad Nuclear Española estamos totalmente a favor de las energías renovables, imprescindibles para reducir nuestras emisiones, pero también somos conscientes de que actualmente es IMPOSIBLE depender sólo de ellas. Necesitamos un respaldo bajo en emisiones que garantice el suministro base en todo momento y la energía nuclear es el complemento idóneo para compensar las fluctuaciones climatológicas.
El concepto de confrontación entre nuclear y renovables es algo desfasado y obsoleto, ya superado en numerosos países que consideran la combinación de nuclear y renovables como la mejor solución de futuro para una nueva economía más eficiente y sostenible.
Con sólo un 6,5% de potencia instalada en España, genera más del 20% de la energía consumida. Esto quiere decir que por cada MW nuclear hay que instalar entorno a 4 MW renovables.
Si se cierran definitivamente las nucleares (2027-2035), su producción tendrá que ser cubierta esencialmente con combustibles fósiles, a falta de soluciones tecnológicas que puedan respaldar la generación renovable ante sus fluctuaciones de generación. Sólo hay que ver la información a tiempo real que nos ofrecen aplicaciones como Electricity Map para ver qué pasa en nuestro país, y en cualquier país del mundo, cuando se necesita energía de respaldo y no se puede contar con la generación nuclear.
De hecho, los países menos contaminantes de Europa son los que tienen mayor porcentaje de nuclear en su mix energético: Francia, Suecia, Finlandia. Que, además, son países con mentalidad verde y con grandes proyectos políticos y económicos que apuestan por la sostenibilidad.
La tecnología nuclear aporta garantía y estabilidad de suministro, incluso en los momentos climatológicos más adversos(como fue Filomena), y es la que más CO2 evita a la atmósfera (20 millones de toneladas en 2020).
Con todo ello, sería un grave error quela energía nuclear no se incluyera dentro de la taxonomía verde, que tiene como objetivo determinar cuáles son las tecnologías que más aportan en la lucha contra el calentamiento global. Y, en definitiva, que no se le considere sostenible a pesar de ser la fuente de energía que más CO2 evita a la atmósfera.
Es difícil que el mundo entero se ponga de acuerdo en un tema. Pero cuando hay riesgos y amenazas verdaderamente globales que nos afectan a todos por igual, el mundo se pone de acuerdo.
La lucha contra la COVID-19 es un claro ejemplo de ello. El mundo se ha puesto de acuerdo y ha luchado en un frente común para combatir esta amenaza. El calentamiento global es otro claro ejemplo. Desde la conferencia sobre el clima de París, el mundo se puso de acuerdo en la necesidad de reducir las emisiones de CO2 para frenar el calentamiento global.
Puede haber discrepancias sobre cómo afrontar esa lucha, pero todos tenemos claro el objetivo de reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
Por eso es esencial que la industria nuclear se ponga al frente de esa lucha, como fuente de energía segura, eficiente, estable y libre de emisiones de gases de efecto invernadero. Es importante entender que, sin la energía nuclear, la lucha contra el calentamiento global será más difícil y el resultado más incierto.
Y esto es una realidad que ya se está teniendo en cuenta internacionalmente y, por ello, Estados Unidos, China, India, Francia, Emiratos Árabes, Finlandia, Reino Unido y Argentina, entre otros, están apostando por prolongar la vida de sus reactores e incluso por construir nuevos, basados en las últimas tecnologías.
La otra cara de la moneda es el debate sobre la presión fiscal en España a los megavatios nucleares producidos. ¿Cómo afecta esto a la rentabilidad de las centrales?
La energía nuclear -como hablábamos- es una solución para un futuro sostenible, basado en la ciencia y la tecnología y que genera, además, bienestar social y riqueza. Por ello, desde la Sociedad Nuclear Española exigimos que se fije una retribución razonable para garantizarla sostenibilidad de nuestro sector y, al mismo tiempo, la del medioambiente.
El coste de la generación nuclear de las centrales españolas es competitivo. En la factura de la luz la carga impositiva representa en torno al 55% y los costes operativos reales el 45%. El coste operativo es competitivo, lo que no es competitiva es la factura final.
Las Centrales Nucleares actualmente están en pérdidas por una excesiva presión fiscal. La suma de impuestos y tasas que grava la generación eléctrica nuclear ha supuesto el 61% de los ingresos del mercado en 2020. No es racional la acumulación de impuestos si estos persiguen una misma finalidad.
No tiene sentido que se penalice a una industria que genera más de 28.500 puestos de trabajo de alta cualificación y con un impacto de 2.700 millones de euros en el PIB, que aporta estabilidad ala red de manera sostenible, y que evita emisiones de gases de efecto invernadero sin tener una alternativa real y sólida que cubra su espacio y que permita cumplir -como ella- con los objetivos medioambientales establecidos en las agendas 2030 y 2050 definidas tanto por nuestro Gobierno como por la Unión Europea.
¿Qué papel juega la industria nuclear española en el panorama internacional?
Para cualquier industria, en un mundo tan globalizado como en el que vivimos el negocio internacional es esencial. Además, si nos ceñimos a la realidad de la industria nuclear española podemos afirmar orgullosos que estamos presentes en proyectos nucleares en más de 40países gracias a nuestro prestigio internacional, con una industria competitiva, consolidada y experimentada, que cubre toda la cadena de valor dela actividad nuclear -desde los estudios iniciales, el diseño conceptual, la construcción, la fabricación del combustible, el desarrollo de ingeniería de operación y mantenimiento, el suministro de equipos y componentes, la gestión de los residuos nucleares y el desmantelamiento de las instalaciones-.
Buena prueba de ello es la presencia de nuestras empresas en el desarrollo del programa nuclear chino que, gracias a su alta tecnología, exportan equipos y componentes, desde vasijas del reactor y turbinas de vapor hasta válvulas y elementos combustibles. También estamos presentes, por ejemplo, en los programas de ampliación de vida de los reactores del parque nuclear francés con proyectos críticos como Extradós. Y, cómo no mencionarlo, en el proyecto de innovación ITER: el reactor experimental que está considerado como el mayor proyecto científico de la historia de la humanidad, en el que sólo en 2020 la industria española ha obtenido más de 40 contratos de un alto valor tecnológico.
A pesar de los desafíos inherentes al año de la COVID-19, la construcción del ITER avanza a buen ritmo y desde hace meses comienzan a llegar a Francia, desde los distintos países participantes, incluida España, componentes únicos que formarán parte de esta colosal pieza de ingeniería. Actualmente, el ITER se encuentra en la fase I de montaje y se espera producir el primer plasma de fusión en 2025, y las primeras operaciones con deuterio y tritio para el año 2035.
ITER será el primer dispositivo de fusión con ganancia neta de energía, es decir, que se obtendrá más energía que la necesaria para poner en marcha la reacción de fusión nuclear -que como ya hemos comentado es elevadísima-. Además, será el primer dispositivo que mantendrá la fusión durante largos periodos de tiempo y el primero que pondrá a prueba las necesarias para la producción comercial de la electricidad de fusión. Sin duda, es el proyecto de innovación más ambicioso del mundo y que España forme parte de él, a través de sus profesionales nucleares, es, sin duda, histórico e inspirador. |