El pasado mes de septiembre fue elegido presidente de la Asociación. Afortunadamente, se van solventando las dificultades que ha supuesto la COVID-19. ¿El objetivo ahora es superar la dependencia energética que padece España?
Lo primero, estoy muy agra- decido por este nombramiento, que me permite luchar por los intereses de un sector al que pertenece Eiffage Energía, compañía de la que soy consejero delegado.
ADEMI es una asociación con un peso considerable en la economía española, el referente del sector de la energía en España. Constituimos el núcleo empresarial capacitado tecnológicamente para guiar a la sociedad española hacia un nuevo modelo económico, industrial y energético. Y lo hacemos a través del desarrollo de todos los procesos vinculados con la innovación, la digitalización y la sostenibilidad.
Efectivamente, en 2021 toda la sinergia ha estado enfocada en solventar las dificultades que ha supuesto la COVID-19. Ahora, nuestra meta es superar la dependencia energética que padece España, que con la intervención de Rusia en Ucrania se ha visto agravada. Las empresas de ADEMI estamos capacitadas para hacer esa transición energética. Contamos con la capacidad tecnológica para llevarlo a cabo.
A priori, podría parecer que el conflicto bélico en Ucrania dificulta la transición energética.
Como le decía, estamos capacitados para hacer esa transición energética. En este sentido, quiero destacar que si se rompe la unidad del mercado eléctrico o se imponen impuestos confiscatorios, se van a paralizar los pedidos de las empresas de energías renovables a las contratistas.
Como consecuencia, esta situación ahuyentaría la inversión en energías renovables que es, precisamente, la solución a esta crisis. Son energías más baratas y autóctonas, por lo que reducen la dependencia exterior.
Hay países que ya están tomando decisiones en este sentido, como Alemania, que ha anunciado que acelerará el impulso de las energías renovables debido a la crisis de Ucrania, ya que la guerra subraya la necesidad de reducir la dependencia del gas ruso.
¿Qué medidas, coyunturales o estructurales, ayudarían a aliviar la presión y a estabilizar la situación?
La independencia energética europea sólo se puede lograr apostando por las energías renovables y la mejora de las infraestructuras eléctricas de distribución y transporte. Una apuesta que ya se contemplaba en el contexto global de la lucha contra el cambio climático. Pero la situación provocada por el conflicto hace que las medidas que se deben adoptar en este sentido se pongan en marcha cuanto antes para conseguir la autosuficiencia energética.
Desde el año pasado sufrimos un encarecimiento de materias primas, además del aumento de precios de la luz, gas, combustibles… ¿Cómo se puede hacer frente a las pérdidas asociadas a estos factores?
La verdad es que en los dos últimos años se han sucedido demasiados acontecimientos en diversos planos con repercusiones sobre la actividad económica. Una característica muy destacada de los desarrollos macroeconómicos observados desde comienzos de 2021 fue el repunte de los precios de las materias primas, en particular de las energéticas. En este sentido, la Agencia Internacional de Energía advierte de que hay distintos factores que ponen en riesgo la transición energética, y uno de ellos es el incremento en los precios de materias primas.
¿Qué podemos hacer? Recientemente, el Gobierno aprobaba un mecanismo de ajuste de costes de producción para la reducción del precio de la electricidad en el mercado mayorista, acordado entre España y Portugal con la Comisión Europea para responder al desafío del precio del gas y su impacto en el precio de la electricidad.
Una iniciativa destinada a frenar la tendencia alcista de los precios y a ofrecer certidumbre en un contexto económico condicionado por la guerra en Ucrania.
Otro tema que preocupa al sector es la reforma laboral. ¿Qué consideraciones le merece el nuevo marco de contratación?
Lo que reivindicamos desde ADEMI es que se nos aplique la misma excepción que al sector de la construcción, como empresas constructoras de infraestructuras energéticas que somos, permitiéndonos mantener los contratos por obra y servicio. Tenemos un peso muy importante en el sector y esto nos debe hacer fuertes.
Las empresas del sector deben tener la posibilidad de contratar en función de las obras existentes. De modo que si las obras finalizan y el empleado no desea su recolocación en otra obra o no es posible porque la empresa no posee más obras, puedan rescindir el contrato de trabajo. Al igual que la opción dada en el sector de la construcción, con el “contrato fijo de obra”.
El contrato fijo discontinuo no es muy útil en este sector. Nuestra actividad no es cíclica y cada proyecto posee circunstancias distintas y peculiares que hacen que desconozcamos de antemano cuándo se van a ejecutar nuestros proyectos. Circunstancias que impiden una programación anticipada de la actividad del sector al nivel que exige la contratación indefinida.
Para finalizar, ¿qué retos le gustaría alcanzar para que las empresas de ADEMI sean aún más competitivas?
La labor de ADEMI como asociación sectorial es facilitar la relación y el conocimiento entre las empresas, poner en común los problemas sectoriales, representar al sector en los foros empresariales y administrativos del país; y apoyar a las empresas en materia de prevención de riesgos laborales, calidad, medio ambiente y desarrollo sostenible.
Esta Asociación ha permitido fortalecer el prestigio de las empresas asociadas. Empresas que nos diferenciamos en el mercado por ofrecer a la Administración, a sus clientes y a sus empleados un estricto cumplimiento de la legislación.
La facturación de nuestro sector está por encima de los 18.000 millones de euros, lo que supone el 1,6% del PIB español. Más del 70% de esta cifra de negocio es fruto de la actividad de las empresas de ADEMI en mercados exteriores. Además, la Asociación genera en el mercado nacional más de 70.000 puestos de trabajo directos y otros 100.000 indirectos.
Constituimos el núcleo empresarial capacitado tecnológicamente para guiar a la sociedad española hacia un nuevo modelo económico, industrial y energético. Y lo hacemos, y lo seguiremos haciendo, a través del desarrollo de todos los procesos vinculados con la innovación, la digitalización y la sostenibilidad.
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